LA ISLA DE LAS ORMIGAS SEMENTERAS

¡Qué vamos a decir de lo ocurrido el domingo!
Una plantilla que, a pesar de sus carencias, está trabajando bien, tanto en los entrenamientos como en los partidos, con mucho orden y seriedad, no se merece lo que pasó en el campo de la Isla de Coria.
Es verdad que los primeros culpables fuimos nosotros; porque un partido no se puede afrontar de la manera que nosotros lo hicimos, con tantas bajas y en puestos de tanta trascendencia, pero no queremos dejar de hacer pública nuestra protesta:
ES INCONCEBIBLE LA ACTITUD DEL COLEGIADO DEL PARTIDO, un chaval joven, que continuamente obedecía a los árbitros asistentes, todo lo contrario, ni chavales ni jóvenes, quienes se cebaron con los jugadores del Zurbarán, no dejándoles pasar ni una falta sin amonestarles con tarjetas, mientras que a los del Coria les perdonaban todo. No queremos ser malpensados porque la superioridad, en el día de ayer, fue muy clara a favor del Coria, pero es que el casillero de tarjetas quedó en 8 a 0 y, además, los asistentes se tragaron cuatro fueras de juego, muy claros, reconocidos por los propios jugadores protagonistas, que acabaron en gol.
El Coria tiene plantilla, entrenador y presupuesto suficiente como para no necesitar ayuda de los árbitros.
Al margen de todo esto, la primera decisión tomada, (ya sabemos nosotros cuál fue), no estuvo acertada y condicionó todo el partido, aunque con el dos a cero aguantamos bien, incluso con uno menos cuando espulsaron a Nico, pero el corazón pudo más que la cabeza y adelantamos las líneas demasiado; lo que aprovecharon los jugadores del Coria para aprovechar los espacios que les dejábamos detrás de nuestros defensas.
Muchas bajas, nueve targetas amarillas, una roja, un esguince, un tirón en el abductor, la parcialidad de los árbitros, alguna decisión errónea, la suerte en contra, etc..., no podía terminar de otra manera.
Lo que queda: Un partido sin puntuar, en un campo que será muy difícil hacerlo para todos los equipos, y muchas ganas de que llegue el próximo domingo para resarcirnos.

NOTA.- Lo de las ormigas sementeras es por la gran cantidad de ellas que nos encontramos en el viaje y que se estampaban contra la luna del autobús, presagiando el chaparron que luego nos calló durante el partido.